El asesinato de aspirantes a cargos de elección popular es sólo una cara, la más visible, de la violencia política-criminal, pero no es la única; el asedio del crimen organizado repercute en la integridad del proceso electoral, en la sustitución de funcionarios de casilla el día de la jornada electoral, en la participación ciudadana y en la competencia política.
De 2018 al 23 de junio de 2024, se registraron en México 2,009 amenazas, asesinatos, ataques armados, desapariciones y secuestros en contra de personas que se desempeñan en el ámbito político, gubernamental o contra instalaciones de gobierno o de partidos políticos por parte de grupos de la delincuencia organizada, antes, durante y después de procesos electorales.
La violencia se ha convertido en una herramienta del crimen organizado para influir en la vida pública de estados y municipios. Animal Político, Data Cívica y México Evalúa presentan el especial Votar entre Balas, sobre la violencia política-criminal y sus repercusiones en el pasado proceso electoral 2023-2024.
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