Sin un sistema nacional de cuidados, la igualdad de género nunca será una realidad: en México, 19.6 millones de mujeres no trabajan por cuidar, y 80% de las personas jóvenes que no estudian ni trabajan son mujeres; la mayoría de ellas pierde esas oportunidades por dedicarse al cuidado. Cuando llegan a acceder al mundo laboral, están condicionadas a empleos precarios, y en consecuencia, la brecha salarial no solo persiste, sino que es mucho más amplia para quienes tienen mayor número de hijos.

La realidad de jóvenes que no tienen acceso al ámbito escolar y laboral por cuidar puede rastrearse hasta la problemática de embarazos tempranos: la inactividad laboral de madres adolescentes es 3.64% mayor que la de quienes tuvieron hijos en la edad adulta. Ante estas barreras estructurales, diversas iniciativas buscan transformar su realidad, ya sea al reivindicar su capacidad de recuperar un proyecto de vida o al buscar erradicar los embarazos adolescentes. Mientras tanto, las iniciativas legislativas para crear un sistema nacional de cuidados permanecen congeladas desde hace años.