Cooperativa Xochiquetzalli: construir viviendas dignas para personas LGBTQ+

Por Andrea Menchaca

David salió de su país huyendo de la homofobia; a Leo lo corrieron de su hogar por ser VIH+; Ivonne perdió su casa al no tener dinero para el alquiler porque la corrieron del trabajo de forma discriminatoria; Juan pasó meses viviendo en la calle y una historia similar le ocurrió a Gigi porque en su casa no aceptaron su orientación sexual ni identidad de género. Un común denominador en todas las personas que llegan refugiándose a Casa Frida es que no tienen los medios para conseguir una vivienda digna.

“Muchas de las personas LGBTTI son expulsadas de su hogar, se tienen que salir a causa de la discriminación que sufren por parte de su familia y derivado de esto surge esta necesidad de crear no nada más un espacio seguro como un refugio, como Casa Frida, sino de garantizar el derecho a la vivienda para toda la vida”, señala Octavio Mandujano, presidente de la Cooperativa de Vivienda Xochiquetzalli.

Octavio Mandujano, presidente de la Cooperativa de Vivienda Xochiquetzalli.

En 2019 surgió en Ciudad de México esta cooperativa para garantizar el derecho a un hogar propio para las personas LGBTQ+, una de las primeras cooperativas de vivienda para esta comunidad en América Latina y la primera experiencia en México.

Una cooperativa de vivienda tiene el objetivo de ofrecer el servicio para las personas socias, en el caso de Xochiquetzalli actualmente son 22, entre ellas está Raúl Caporal, cofundador y director de Casa Frida.

"La idea es que dentro de la cooperativa todas, todos y todes sean dueños del edificio, tengan el uso y goce de las instalaciones de sus viviendas y, sobre todo, es sin carácter lucrativo sino únicamente con el fin de consolidar el derecho a una vivienda digna".

El proyecto surgió cuando Mandujano participó en un grupo de investigación sobre cooperativismo y derecho a la vivienda durante sus estudios de maestría en la Universidad Autónoma Metropolitana. Se percató de que las personas LGBTQ+ no estaban consideradas en la Ley de Vivienda de la Ciudad de México como personas prioritarias para poder acceder a una vivienda digna.

En la Constitución de la Ciudad de México los grupos de atención prioritaria están conformados por mujeres; niñas, niños y adolescentes; personas jóvenes; personas mayores; personas con discapacidad; personas de la diversidad sexual; personas migrantes; personas víctimas; personas en situación de calle; personas privadas de la libertad; personas que residen en instituciones de asistencia social; personas afrodescendientes; personas indígenas y minorías reli­giosas.

“Bajo ese argumento voy al Congreso de la Ciudad de México a cabildear con los diputados y las diputadas para que se pudiera cambiar en la Ley de Vivienda, que ya no dijera que se prioriza a las personas vulnerables, sino a las personas de atención prioritaria”, explica.

El proyecto de ley lo tomó el entonces diputado José Luis Rodríguez del grupo parlamentario de Morena y en 2019 se aprobó la reforma a la Ley de Vivienda. Fue en ese momento cuando decidieron formar la cooperativa de vivienda LGBTQ+.
Mandujano cuenta que tenían dos caminos para constituirse: uno era conformarse por medio de un notario público y el otro mediante una alcaldesa o un alcalde, optaron por este último, con Néstor Núñez, anterior alcalde de Cuauhtémoc.

“Ellos realmente no sabían cómo hacer ese proceso, inclusive nos dijeron: ‘Es la primera vez en la historia de la Ciudad de México que se hace ese proceso a través de un alcalde’, lo cual sienta las bases para que otras personas que quieran conformar una cooperativa, no necesariamente de vivienda”, destaca el activista.

Actualmente siguen en procesos administrativos que se han visto retrasados por la pandemia. El siguiente paso para la Cooperativa será ir al Instituto de Vivienda de Ciudad de México (INVI) y manifestar que requieren un predio para construir un edificio y que se les otorgue un crédito de vivienda. “Hoy por hoy no tenemos un predio, pero nosotros sabemos que el Gobierno de la Ciudad de México tiene reserva territorial que es exclusivamente para vivienda social”, agrega Mandujano.

La Cooperativa de Vivienda Xochiquetzalli aspira a tener un edificio o algunas viviendas que sean sustentables y que se convierta en un espacio seguro, libre de violencias, vinculado con el medio ambiente y con el barrio. “La idea es ir derribando esos estigmas frente a la demás gente y que digan: ‘Bueno, desde que llegó la cooperativa hemos mejorado la calidad de vida aquí en la colonia’”, apunta el presidente.

Según Mandujano, en América Latina la única experiencia edificada está en Montevideo, Uruguay, es la Cooperativa de Viviendas 28 de Junio, modelo que les sirvió de inspiración. Esperan que Xochiquetzalli vaya sumando más cooperativas de vivienda, un modelo contestatario al sistema inmobiliario actual.

“Dimos un taller para la creación de cooperativas de vivienda LGBTTI y producto de ese taller es que están naciendo más, hay dos cooperativas más para personas LGBTTI y una de ellas inclusive es únicamente de puras mujeres lesbianas”, destaca.

Para los cooperativistas, debido a las problemáticas que enfrentan las personas LGBTQ+, como el acceso a una casa o a un empleo debido a la discriminación, es que necesitan prioritariamente que se les garantice el derecho a la vivienda digna y libre de violencia. “Yo creo que un hogar va más allá de las cuatro paredes y un techo. Un hogar es donde te sientes pleno, seguro, feliz, es un lugar asequible, donde sientes ese resguardo, donde puedes ser tú, donde no tienes que esconderte”, expresa Mandujano.

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