Foto: Cuartoscuro
Soy Evelia, oriunda de Cuautla, Morelos, periodista de profesión y con un hijo de 7 años.
La historia ligada a la violencia y el crimen organizado que tengo es la muerte, o más bien el asesinato, de mi esposo en la ciudad de Xalapa, Veracruz.
Mi marido era originario de esa ciudad y, en 2008, tenía un negocio de internet en la Unidad Habitacional Pomona. Ahí recibió la visita de unos tipos que le habían propuesto que prestara este local para distribuir droga y a cambio él recibiría cerca de 30 mil pesos mensuales. Recuerdo que estaba muy de moda la presencia y dominio de Los Zetas.
Mi marido se negó.
Los meses transcurrieron hasta que un 22 de diciembre de 2008 salió de la casa y fue la última vez que le vimos con vida. Su cuerpo fue localizado sin vida en un paraje sobre la carretera Xalapa-Veracruz, en el poblado de Rancho Nuevo. Por la manera en cómo encontraron el cuerpo, se deduce que fue torturado y golpeado.
A mí me arrebataron a un integrante de mi familia. Me quitaron mi tranquilidad, pues tuve que renunciar a mi trabajo como periodista.
Y a partir de ese año regresé a mi tierra, a Morelos.